viernes, 11 de octubre de 2013

Portero de Noche

No importa si la viste en 1974, cuando se exhibió por primera vez, o ahora en el 2013; hoy se siente tan impactante como lo fue hace cerca de 30 años. Y es que no es una película para atraer público a través de la exaltación de la violencia catastrófica y sanguinolienta sino, que impacta porque te mete en una suerte de alteración de los sentidos y la psiquis humanas debido a terribles traumas que llevan a la degradación y la autodestrucción.

Liliana Cavani, la directora de Portero de Noche, es conocida en sus películas por esa capacidad de mostrar sin tapujos -el argumento de la película fue todo un escándalo en su momento- lo que el ser humano puede llegar en sus obsesiones y traumas. “Más allá del bien y el mal”, sobre la vida de Nietzsche, nos lo confirma también y de paso igualmente la recomiendo. Lo mismo que El juego de Ripley, con John Malkovic.
Protagonizada por Dirk Bogarde y Charlotte Rampling, la trama del film gira en torno al encuentro de un ex oficial nazi y una mujer judía que había sido su víctima en la guerra. Están ahora en 1957, varios años después de la guerra y ella se alberga con su esposo, director de orquesta, en el hotel donde el ex oficial trabaja de portero de noche. Y lejos de sentimientos de rencor y venganza, en ellos se reinstala, más allá de una atracción, el sometimiento autodestructivo nacido en las torturas infligidas a la mujer por su torturador nazi. La atmósfera creada por la extraña atracción de la pareja (por decirlo suave) deja en segundo plano las movidas de los grupos políticos proteccionistas de nazis que rodean al portero. Absorbe la relación entre el nazi, ahora portero de hotel y la víctima judía, ahora flamante esposa de un director de orquesta. Una buena película en todo aspecto. Genial, Liliana Cavani. Dirk Bogarde, el actor protagonista, como fue siempre, perfecto. Charlotte Rampling, todo un acierto de la directora, parece pintada para el papel.

La película bajonea un poco, porque no nos gusta lo que muestra, y es que no nos gusta la lógica del mal. Pero pienso que son películas que hay que ver, sobre todo si están tan bien hechas.